lunes, 16 de noviembre de 2015

OPINIÓN SOBRE LA OBRA


La insignia, es un cuento de Julio Ramón Ribeyro extraído de Cuentos de circunstancias está basado en la experiencia del autor, se considera el más representativo y popular de toda su producción, el cual no describe ni da mucha referencia de las características de las situaciones, pues el principal objetivo es el de crear misterio e intriga en el lector, teniendo un final de suspenso, sin saber el porqué de todas las circunstancias ocurridas al protagonista.

Sabemos que el inicio de un cuento debe generar desde la primera línea la curiosidad del lector. En este caso no se trata del mejor de los inicios; pero sin duda tampoco es deficiente. Genera relativa curiosidad por conocer la procedencia de la insignia de plata y los incomprensibles signos que la acompañan. No obstante Ribeyro posee otros inicios mucho mejor logrados como es el caso de "Los Gallinazos sin plumas".

La segunda parte del cuento sin duda genera un poco más de expectativa; pero no termina aún por atrapar del todo al lector.

Ribeyro en entrevista concedida a Tomás Escajadillo (1994), al hablar del cuento La insignia, nos dice: "Tiene algo de Kafka, pero adaptado a la neblina de Lima". No obstante el autor le pone ciertos nombres a sus personajes (no al protagonista que podríamos intuir es el mismo Ribeyro como narrador).

¿Por qué La Insignia es el cuento más popular de Ribeyro y el que, seguramente, más veces se ha publicado en distintas antologías? Quizás porqué a diferencia de la gran mayoría de narraciones del autor –personajes marginados o marginales-, no se trata de un cuento pesimista. Al contrario, el protagonista accede, casi sin darse cuenta, a un tipo de vida y condición que muchos ya desearían y, uno como lector tiende a identificarse con un ganador así.

El cuento está escrito en primera persona, lo que hace mucho más cercano y creíble, a ojos del lector, lo que se narra.

En cuanto al lenguaje el estilo de Ribeyro, tanto en este cuento como en la mayor parte de su producción, es sencillo y directo; lo cual es una de sus mayores virtudes. Otra virtud por excelencia es la del argumento; Ribeyro se preocupa mucho porque la trama funcione, trama además que muchas veces raya con la anécdota.

La obra teatral fue realizada para transformar un texto literario en una obra teatral, mediante la creación de un libreto grupal a partir de la obra leída aplicando la técnica de la paráfrasis verbal y obteniendo como resultado la representación teatral teniendo en cuenta una buena dicción, es decir pronunciar las palabras, cada término de manera clara, realizar la acentuación correctamente y utilizar las pausas apropiadas dentro de cada oración. Para tener una dicción excelente es necesario pronunciar correctamente, acentuar con elegancia, frasear respetando las pausas y matizar los sonidos musicales.

Todo esto fue posible gracias un largo proceso para coordinar y revisar los guiones de cada personaje, el contenido de cada uno y prácticas previas a la representación teatral.



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